Caro Quintero se deja ver en Sinaloa
Ciudad de México a 8 de octubre del 2019.- El narcotraficante Rafael Caro Quintero, uno de los fundadores del extinto Cártel de Guadalajara, ha sido visto en distintos municipios de Sinaloa, mientras los gobiernos de México y Estados Unidos ofrecen millones por su captura.
En una entrevista rea lizada en la clandestinidad en 2016 por la periodista Anabel Hernández, Caro Quintero aseguró que ya no se dedicaba al negocio de las dro Cártel de Guadalajaragas, sin embargo, sobre su vigencia en la actividad existen dos versiones: la primera es que tiene su propia organización y la segunda es que ha sumado fuerzas con Ismael “El Mayo” Zambada y los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera para mantener el poderío del Cártel de Sinaloa.
En una foto que se difundió a través de redes sociales, el narcotraficante reapareció al lado de un joven de quien se desconoce la identidad, en la imagen aparece con el cabello más negro y con unos kilos de más en comparación con las últimas imágenes que se conocían de él, hace tres años.
La Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), considera a Caro Quintero el enemigo público número uno, pues es acusado de diversos delitos como crimen organizado y tráfico de drogas y por el asesinato del ex agente Enrique ‘Kiki‘ Camarena Salazar y de su piloto, Alfredo Avelar, quienes lograron infiltrarse en el Cártel de Guadalajara en los años ochenta y al ser descubiertos fueron torturados y asesinados.
El gobierno de EU ofrece USD 20 millones de recompensa por información que lleve a su captura.
Tras ser detenido en Costa Rica y extraditado a México, Caro Quintero fue sentenciado a 40 años de prisión, de los cuales solo purgó 28, luego de ser liberado el 9 de agosto de 2013, después de que un tribunal estatal mexicano concluyera que había sido juzgado de manera indebida.
Rafael Caro Quintero estuvo tras las rejas por su participación en el crimen del ex agente de la DEA. Ya en libertad, desapareció y desde entonces se le considera prófugo de la justicia.
El narcotraficante dirigía el negocio de exportación de drogas y era reconocido por haber sido aceptado en la alta sociedad de Guadalajara, una de las más conservadoras del país.